Millones de autos inseguros que no cumplen con las regulaciones de seguridad para vehículos de las Naciones Unidas se siguen vendiendo en países de bajos y medianos ingresos, como Chile, donde ocurre el 90% del total de muertes en el mundo por accidentes de tránsito. Y esto no es porque no sean capaces de fabricar autos seguros, sino porque no están obligados por las leyes nacionales.
En Chile, que no tiene aprobado ninguno de los 7 Reglamentos de la ONU, se produjeron en 2015 un total de 2.179 accidentes de tránsito con resultados fatales, lo que corresponde a 12,4 muertes por cada 100 mil habitantes. Tres de los 10 autos más vendidos en Chile obtuvieron una clasificación de cero estrellas en seguridad en las últimas pruebas del Programa de Evaluación de Vehículos Nuevos para América Latina y el Caribe (Latin NCAP). Estos vehículos no podrían venderse en Estados Unidos, Europa, Japón o en Australia, donde la legislación sobre seguridad es más estricta y los fabricantes ofrecen más información sobre la seguridad de los automóviles.
De acuerdo a datos de la OMS, en los países de altos ingresos la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito es de 8,7 por 100 mil habitantes, en tanto en Latinoamérica la cifra alcanza las 17 muertes por cada 100 mil habitantes, y se pronostica que incrementará a 24 por 100 mil si no se tomen medidas de manera urgente.
Es en este contexto que la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile, ODECU, está participando de la campaña #QueTanSeguroEsTuAuto? junto a otras organizaciones miembro de Consumers International. La iniciativa llama a los gobiernos y a los fabricantes a garantizar que todos los vehículos motorizados nuevos cumplan con la legislación mínima aplicable sobre protección para sus ocupantes y otros usuarios, con cinturón de seguridad, airbags y sistemas de seguridad adecuados a la norma.
El doble estándar de los fabricantes
Una investigación realizada por Consumers International, centrada en Brasil, México, Perú, Chile y Argentina, destaca el doble estándar utilizado por los fabricantes. Chevrolet, Nissan, Volkswagen, Fiat, Hyundai, Ford y Suzuki continúan vendiendo a los consumidores latinoamericanos modelos clasificados con cero o con una estrella, los cuales no podrían venderse en Estados Unidos ni en Europa.
Chevrolet, de General Motors, se identifica como el principal fabricante de autos con clasificación cero estrellas en Latinoamérica.
El estudio también reveló que la información sobre las funciones de seguridad que se entrega a los consumidores en las salas de exhibición es escasa y a veces inexacta; como lo es indicar que agregar dos airbags a un modelo que es poco robusto en el aspecto estructural proporcionará la protección adecuada, o señalar que el tamaño de la cabina o de la maleta hará que el auto sea más o menos resistente a los impactos.
Las principales concesionarias de los países estudiados no proporcionan a sus clientes información acerca de Latin NCAP y su sistema de clasificación de la seguridad de los autos. En tanto otras, cuando los consumidores preguntan acerca de las funciones de seguridad de algunos modelos en particular, usan las clasificaciones de Euro NCAP en lugar de las de Latin NCAP.
La seguridad no es costosa
No resulta muy costoso hacer que un auto cumpla con la normativa básica de la Organización de Naciones Unidas sobre seguridad. Para que un auto pequeño apruebe la prueba de choque frontal de la ONU (Reglamento 94) se necesita agregar un airbag y reforzar la estructura, lo cual tiene un costo de alrededor de 200 dólares por vehículo. Un airbag cuesta 50 dólares, el control electrónico de la estabilidad (ESC) 50 dólares, y el sistema de frenos antibloqueo (ABS) y ESC juntos 75 a 100 dólares.
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