Agua a precio de pescado y positivos resultados en inocuidad

De las 36 muestras analizadas por ODECU, sólo una arrojó presencia de Histamina y Cadaverina, que puede llegar a provocar una intoxicación. Por otro lado, el peso drenado y contenido de sodio informado en el envase está alterado en varias muestras.

Con el objetivo de corroborar si los pescados congelados en las variedades Merluza, Reineta, Pollock, Tilapia, Pangasius, Albacora y Salmón, comercializados en supermercados, cumplen con la normativa vigente; ODECU desarrolló un estudio que analizó sus contenidos de sodio, fósforo, agua, espinas y aspectos relacionados con la inocuidad y calidad del producto.

Para ello, se encargó al laboratorio Analab someter a ensayos a una muestra total de 36 productos de 8 marcas, los cuales fueron adquiridos en los principales supermercados, dado que es aquí donde se realiza el 70% de las compras de este producto. Las marcas indagadas fueron El Golfo, Minuto Azul, Jumbo, Líder, Aquapuro, Mar Verde, Tottus y Super Salmón.

Se confrontó los resultados de los análisis de laboratorio con el valor informado por los fabricantes en sus envases, en la información nutricional y de peso drenado.

Los principales hallazgos de la investigación fueron que, con excepción de los niveles de sodio y la presencia de aminas biogénicas en una muestra, la mayoría de los productos analizados cumple satisfactoriamente con los parámetros establecidos por el Reglamento Sanitario de los Alimentos.

El dato más preocupante es que cuatro de las cinco marcas analizadas de Merluza tienen alterado su contenido de sodio. El resto de lo analizado se encuentra en niveles adecuados. “El exceso de sodio puede ser perjudicial para la salud de las personas, y más aún si ésta presenta alguna patología en donde su consumo esté prohibido o limitado, como puede ser, por ejemplo, debido a alguna enfermedad renal”, alerta la investigación.

De las seis muestras examinadas de Reineta, todas cumplen con los índices tolerados de Sodio y Fósforo. Y en cuanto a la presencia de aminas biogénicas, sólo la marca Mar Verde arrojó valores por sobre lo permitido de Histamina y Cadaverina, en casi 22 y 7 veces, respectivamente. “Con estos valores puede ocurrir claramente una intoxicación”, señala el estudio.

Una de las dos marcas analizadas de Pollock, El Golfo, excede el nivel de sodio permitido.

De las cuatro marcas estudiadas de Tilapia, dos, Líder y Minuto Azul, no cumplen con la normativa en cuanto al contenido de sodio.

Finalmente, las muestras de Pangasius, Albacora y Salmón arrojaron niveles normales en todos sus aspectos.

Al igual que el sodio, el fósforo es añadido al pescado por los fabricantes con el objeto de disminuir la pérdida de agua y aumentar la jugosidad del producto.

Si bien todas las marcas cumplen con la normativa de niveles máximos de sodio y fósforo, la información de peso drenado- que es aquel que tiene el producto luego de escurrido o drenado el líquido- no es exacta en la mayoría de las muestras. La marca Tottus posee la mayor diferencia negativa, equivalente a un -22%, por lo que al pesar el trozo de pescado una vez descongelado, su peso es mucho menor al que declara el fabricante.

“Claramente, aún falta fiscalización en esta materia, con el fin de asegurar a los consumidores que lo que se informa en el rotulado es efectivamente así. Esto cobra especial relevancia para incentivar el consumo de este alimento que aporta proteínas de alto valor biológico, vitaminas D y B, Yodo, Potasio, Hierro, Calcio, entre otros nutrientes”, dijo Stefan Larenas.

Asimismo, el consumo de pescado azul- como sardina, caballa, atún, bonito, pez espada, salmón, arenque, boquerones y jurel, entre otros- previene enfermedades cardiovasculares, por su aporte de ácidos grasos Omega 3, los cuales reducen los niveles de colesterol LDL, denominado “colesterol malo”, y retardan el proceso de acumulación de placa grasa en las arterias.

Según la Food and Agriculture Organization (FAO), en la actualidad el consumo de cada ciudadano chileno no supera los 5 a 7 kilos de recursos marinos al año. Esto contrasta con los 50 kg de consumo anual por habitante de Japón o los 30 kg de España, dos de los principales mercados de las exportaciones pesqueras chilenas.

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