El proyecto, que busca establecer que todos los modelos de vehículos nuevos a la venta en Chile deben exhibir la calificación obtenida en el Programa NCAP, ha sido atacado constantemente por la ANAC, utilizando argumentos falaces que son fácilmente desmentidos por la ODECU y representantes de Latin NCAP.
A juicio de Stefan Larenas Riobó, Presidente de ODECU, al establecimiento del etiquetado de seguridad con calificaciones de programas de evaluación de desempeño en seguridad vehicular, permitirá asegurar un acceso a la información a la que todo consumidor tiene derecho, mejorando el poder de decisión de éstos, y que de concretarse la iniciativa, Chile se convertirá en el primer país de la región en incluir en el etiquetado de seguridad las calificaciones de estrellas NCAP.
En una economía tan versátil y dinámica como la chilena, en donde solo en 4 años (entre 2016 – 2020), según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, el número de vehículos motorizados en circulación creció, aproximadamente, de 4,8 millones a 5,4 millones, se hace vital para todos los consumidores contar con información veraz y oportuna para una compra segura e informada.
En este contexto, la Organización de Consumidores y Usuarios, ODECU, manifiesta su completo e irrestricto apoyo a la a la iniciativa impulsada por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, que busca actualizar el Decreto 26, la que incorpora la calificación de seguridad de Latin NCAP para los modelos de vehículos nuevos comercializados en el país.
El decreto en cuestión establece que todos los modelos de vehículos nuevos a la venta deberán exhibir la calificación obtenida en el Programa NCAP, aunque en principio solo los modelos ya evaluados por el organismo mostrarán la calificación, además de ser solo aquellos que hayan sido evaluados con unidades compradas en Chile. Asimismo, establece que se debe indicar la presencia o ausencia de una lista de elementos de seguridad que ha sido actualizado, incluyendo elementos de Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción.
Para Stefan Larenas Riobó, Presidente de ODECU, este proyecto permitirá, en esta industria en particular, “asegurar un acceso a la información a la que todo consumidor tiene derecho, mejorando el poder de decisión de éstos. Este hito inédito representará el reflejo de un sello que sabemos se concretará y para el cual cuenta con todo el apoyo desde ODECU, ya que representa un compromiso real con el fortalecimiento de los derechos de los consumidores y su seguridad”.
La ODECU ha participado activamente desde los orígenes de esta iniciativa, en 2019, siendo parte de la mesa técnica de trabajo que se constituyó, liderada por la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (CONASET), con la finalidad de lograr un efectivo robustecimiento de la información entregada a los consumidores, en particular, en el mercado vehicular. “Nuestra organización trabaja por un consumo seguro e informado, que implica obtener bienes y servicios de calidad, inocuos para la salud de las personas y al medio ambiente”, agrega Larenas.
La presión de ANAC en contra de la iniciativa
Desde el momento en que el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones de Chile (MTT) envió la solicitud de actualización del Decreto 26 a la Contraloría General de la República, la ANAC ha levantado una campaña de desprestigio contra la iniciativa, haciendo uso de su incuestionable capacidad de ejercer presión en la opinión pública. Sin embargo, el grueso de sus argumentos, expuestos en diversas declaraciones, resultan ser afirmación engañosas que buscan perjudicar la función que realizará Latin NCAP en el etiquetado.
Por ejemplo, uno de los principales argumentos de ANAC, es que los entes NCAP no testean a todos los vehículos en nuestro país, y que “más bien han evaluado una cantidad ínfima de vehículos respecto del volumen disponible”.
Al respecto, Alejandro Furas, Secretario General de Latin NCAP, explica que han evaluado y publicado más de 150 modelos de América Latina.
“El proyecto inicial de etiquetado propuesto por Latin NCAP en Chile apuntaba a que sea obligatorio para los 10 modelos más vendidos al primer año de etiquetado, luego los 20 modelos más vendidos al segundo año y los 30 más vendidos al tercer año. De esta forma se aseguraba un espectro de cobertura adecuado, pero el Gobierno decidió quitar la sugerencia del escalonamiento”, afirma Alejandro Furas.
Desde Latin NCAP plantean que debería ser obligatorio que todo lo que se vende sea evaluado, “pero el proyecto por el momento apuesta a que sea la demanda del consumidor la que genere mayor cantidad de tests. Es más, en 2021 Latin NCAP cubrió la evaluación de los 10 modelos más vendidos en Chile como primer paso. Es importante comprender que se debe dimensionar por volumen de ventas y no por cantidad de modelos. Los modelos de más volumen son los más críticos, ya que los usa más gente en la vía pública, y estos modelos Latin NCAP ya los tiene evaluados y publicados”.
Otro argumento utilizado por ANAC es que un etiquetado que se presuma obligatorio en un universo de 1.800 modelos y versiones disponibles a la venta en nuestro país, pero de una entidad que realiza del orden de una decena de pruebas al año, significará que muy pocos vehículos podrán exhibirlo.
Frente a esto, el representante de Latin NCAP indica que “el etiquetado es obligatorio para todos los modelos, pero el resultado de estrellas que está incluido en el etiquetado es solo obligatorio para los modelos que estén calificados por NCAP con estrellas. Si el modelo no está calificado con estrellas, se debe indicar que no hay resultado disponible para ese modelo. El resultado NCAP es solo para el modelo en su versión más básica de seguridad disponible en el mercado de América Latina. Las versiones más equipadas en seguridad pueden mostrar sus diferencias en desempeño, pero el resultado de estrellas es solo de la versión más básica”.
Asimismo, Alejandro Furas aclaró que “Latin NCAP tiene capacidad de generar entre 80 y 100 tests por año, con lo que se cubre ampliamente los modelos nuevos que se vende en Chile. Recordemos que modelos que continúan a la venta durante varios años no siempre es necesario volver a evaluarlos todos los años”.
Finalmente, otro de los argumentos perniciosos que utiliza ANAC es que los modelos testeados por los organismos NCAP rara vez corresponden al modelo o versión disponible a la venta en Chile, y por lo tanto, “la confusión para un consumidor chileno podría ser máxima”.
Ante esta afirmación, Alejandro Furas sostiene que Latin NCAP tiene como objetivo “brindar información a todos los consumidores, sin importar su poder adquisitivo. Los vehículos más económicos, con menor equipamiento, son justamente los que carecen de equipamientos de seguridad y los que compran los consumidores con recursos más restringidos. Actualmente los 10 modelos más vendidos en Chile fueron evaluados por Latin NCAP y se realizaron con unidades compradas en Chile, por lo tanto corresponden a las configuraciones que se venden en el país”.
En este escenario de desinformación que promueve ANAC, el presidente de ODECU reconoce que “no siempre es sencillo conciliar diferentes intereses en este contexto y que, muchas veces, existen voces que preferirían mantener un status quo en la regulación e información que se les entrega a las personas, como estamos viendo con el boicot realizado por ANAC en contra de esta iniciativa. Sin embargo, estamos convencidos de que la autoridad mantiene la firme convicción de los bienes superiores que están en juego, como lo son la vida y seguridad de los consumidores y que, bajo esta premisa, se logrará alcanzar este hito que significará posicionar a Chile como líder y referente en la materia a nivel regional”.
¿Qué es el Latin NCAP y cuál es su función?
El Programa de Evaluación de Vehículos Nuevos para América Latina y el Caribe, Latin NCAP, es una organización civil no gubernamental, sin fines de lucro, registrada en la República Oriental del Uruguay, compuesta por Automóviles Clubs, asociaciones de consumidores, organizaciones relacionadas con aseguradoras y organizaciones no gubernamentales (ONGs) de seguridad vial. En Chile, los miembros chilenos de Latin NCAP son el Automóvil Club y la Organización de Consumidores y Usuarios, ODECU.
Desde junio de 2017, Latin NCAP también admite la membresía de gobiernos de las regiones, tanto nacionales como estatales. Asimismo, cuenta con el apoyo de organizaciones internacionales, como Bloomberg Philanthropies, Towards Zero Foundation (TZF), Fundación FIA, el Programa Global de Evaluación de Vehículos Nuevos (Global NCAP), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Internacional de Pruebas y Testing para consumidores (ICRT) .
¿Qué es el 3cv y cuál es su función?
En Chile, la homologación vehicular es realizada por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT), a través del Centro de Control y Certificación Vehicular (3CV), y consiste en el análisis técnico de vehículos motorizados livianos, medianos y motocicletas, que sean prototipos o vehículos de producción de modelos que pretendan comercializarse en el país.
Dicho análisis contempla la constatación del nivel de emisiones de gases de escape y por evaporación de hidrocarburos y cumplimiento de los requisitos de seguridad, dimensionales y funcionales, incluyendo sistemas y componentes.
Por cada modelo aprobado mediante este procedimiento, el 3CV emite un certificado de homologación que señala el modelo de que se trata, con sus principales especificaciones. El documento tiene validez mientras éste no cambie respecto del prototipo que fue objeto de la homologación.
A su vez, los fabricantes, armadores, importadores o sus representantes deben emitir certificados individuales para cada vehículo que comercializan de los que conforman la o las partidas de los modelos aprobados.
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