Por segundo año consecutivo, el Presidente de la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile, ODECU, Stefan Larenas Riobó, espera una aclaración que justifique el sustrato pedagógico que justifica la renovación anual de todos los textos escolares. Además, junto al llamado, realiza una recomendación acerca de la compra de útiles y la exigencia de ciertas marcas por parte de los colegios.
A solo un mes del comienzo del año escolar, la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile, ODECU, manifiesta su preocupación ante la práctica de algunos colegios, que solicitan la compra de textos escolares, independiente de los que entrega en forma gratuita el Ministerio de Educación.
Para el año académico 2019, el Ministerio de Educación entregará alrededor de 18 millones de textos escolares a los cerca de 10 mil colegios municipales y subvencionados.
En esta línea, Stefan Larenas, indicó estar esperando que el Ministerio de Educación se pronuncie al respecto de cuáles son los argumentos pedagógicos que existen para cambiar de textos escolares año tras año, explicando por qué un libro debe necesariamente ser reemplazado cuando el contenido es similar, teniendo en cuenta el conocido costo de renovación que tiene esto para los apoderados.
“Con el fin de evitar suspicacias al respecto, el Ministerio de Educación debería pronunciarse para conocer realmente si detrás de estos cambios no existe un negocio editorial muy lucrativo de las editoriales, que son las que hoy día publican esos libros”, agregó Larenas.
Cabe destacar que, en el caso que el colegio solicite la compra de libros escolares en reemplazo de los entregados por el gobierno, el costo total para una familia puede alcanzar entre los $150.000 y $200.000 por cada estudiante.
Frente a este elevado costo, el Presidente de ODECU plantea que, con los actuales avances que hemos tenido en el acceso a internet en Chile, “la pregunta es por qué no se pueden complementar muchos de los materiales didácticos con el uso tablets que puedan ser prestadas en el colegio, para que en definitiva muchos alumnos hoy puedan acceder vía electrónica a la información que necesitan. De cumplirse esto, reemplazaría al menos a un 60% de los textos que exigen a los alumnos, y que significan un sacrifico para los padres cuando tienen que pagar hasta $40.000 por un solo texto escolar”.
Colegios no pueden exigir marcas de útiles escolares
Además de los textos escolares, otra polémica que surge en este periodo es la solicitud de marcas específicas en las listas de útiles por parte de algunos establecimientos.
Al respecto, Stefan Larenas explica que los apoderados deben tener en cuenta que, en relación a los materiales escolares, como lápices, cuadernos, y otros que se incluyan en las listas de útiles, “ningún colegio está autorizado para indicar la marca que se deba comprar. El consumidor puede elegir la marca que le sea más cómoda para su bolsillo. A su vez, los colegios deben evitar las sugerencias, ya que ellas son las que en definitiva pueden jugar un rol determinante en la compra”.
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